POR UN 2024 MÁS INCLUSIVO: LAS DEUDAS QUE TENEMOS CON LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD

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Expertos en inclusión entregan su visión sobre los desafíos que tenemos como sociedad para eliminar barreras. Coinciden en que el esfuerzo debería centrarse en el acceso al trabajo y en una visión descentralizada que de relevancia al tema en las regiones de nuestro país.

El final de 2023 estuvo marcado por la realización de los Juegos Parapanamericanos en Chile, evento que puso en primera plana la discusión sobre qué tan inclusivos somos con las personas con discapacidad, colectivo que agrupa al 17,6% de adultos en nuestro país. Y el diagnóstico, compartido entre las instituciones que trabajan en inserción, es que, si bien hay avances importantes, aún tenemos desafíos que enfrentar: el primero de ellos es eliminar las barreras en lo que a inclusión laboral se refiere.

“En este punto es importante derribar mitos, como por ejemplo creer que una empresa tiene que incurrir en grandes modificaciones para considerar personas con discapacidad dentro de su planta”, comienza diciendo Ingrid Rojas, Gerenta de Pacto de Productividad Chile, programa que se enfoca, precisamente, en la inclusión laboral para este segmento de la población. Al respecto asegura que sólo con ajustes razonables simples o sencillos los lugares de trabajo pasan a ser accesibles para las personas con discapacidad y de esa forma “se asegura el cumplimiento de su derecho al trabajo”.

Según cifras de la encuesta ENDIDE 2022, en Chile el 56,1% de las personas con discapacidad se encuentra en inactiva, es decir sin trabajo ni en búsqueda de empleo. Ante esta realidad, el llamado es a los potenciales empleadores públicos y privados a que entreguen las condiciones necesarias. “Estamos desafiando a las empresas a que se abran a nuevos procesos”, declara Romanina Morales, directora del Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (SENCE), quien valora positivamente “los avances claros en rutas formativas y en materia de certificación de habilidad y competencias tanto en colegios como hacia las personas que integran el mercado laboral”.

Y esta misión no puede estar enfocada sólo en Santiago o en las grandes ciudades y capitales. Es por eso que la otra gran deuda que detectan los especialistas es llegar con avances, innovaciones y cambios significativos a las regiones del país. “Santiago no es Chile y cada región tiene sentido de pertinencia territorial, especificaciones a las cuales atender y tradiciones que son específicas de ellas”, asegura la directora nacional de Sence.

Es por eso que llegar a las personas con discapacidad en regiones es una tarea que algunas instituciones han tomado como prioridad para 2024. Una de ellas es Pacto de Productividad Chile. “No podemos olvidarnos de nuestras regiones y de los sectores más apartados del país”, apunta Ingrid Rojas. “El llamado es que el ecosistema de la inclusión que queremos formar no deje de lado a las personas que están lejos de las grandes ciudades y que, muchas veces son invisibilizadas por ese centralismo que lamentablemente caracteriza a nuestro territorio”, finaliza.

Para las más de 2 millones de personas que viven con algún tipo de discapacidad en el país, estos podrían ser avances significativos. Y no sólo para ellos. Los mismos expertos explican que se ha comprobado que la verdadera inclusión también aporta al resto de los trabajadores y a toda la organización. Esto porque prestar atención a las características particulares de las personas va desarrollando identidad y una cultura que abraza el respeto a la diversidad y genera una verdadera inclusión.